El agua se olvida frecuentemente en la lista de nutrientes, aunque es un componente vital para la alimentación de tu gato.

Cumple muchas funciones en el cuerpo:

Es un solvente sin el cual todos los procesos químicos en el metabolismo de las células serían imposibles.

Es el componente principal de la sangre. Sirve para transportar el oxígeno y los nutrientes dentro del cuerpo, así como transportar el dióxido de carbono y las sustancias de desechos fuera del cuerpo.

Contribuye a la regulación de la temperatura en el cuerpo.

Es necesario para la digestión de nutrientes y la eliminación de desechos del metabolismo y sustancias tóxicas por los riñones.

La exigencia de agua de un gato adulto es de entre 200 y 250 ml al día. En días calurosos o después de actividades exigentes tanto como en el caso de un embarazo, sobre todo en el período de lactancia, las exigencias de agua del gato aumentan mucho.

Una parte del agua se forma cuando el organismo quema los nutrientes. Otra parte se ingiere de forma externa, tomando agua y a través de la comida. Los alimentos húmedos (latas y sobrecitos) poseen un 80% de humedad en contraste de los alimentos secos que presentan en general entre 8 y 10%.

Por eso un gato que se alimente con alimento seco debe tomar más agua.

Los gatos en sus orígenes, provienen de regiones desérticas donde el agua potable raras veces está disponible. Eso los llevo a sobrevivir con una baja ingesta de agua y gran parte la obtenían al ingerir sus presas.

Sin embargo, en la actualidad, independientemente del tipo de alimentación, siempre debe haber agua potable fresca y limpia a disposición del gato.

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