Ir al “baño” es una de las principales preocupaciones de los dueños a la hora de criar a un gato en un departamento o casa, después de todo, a nadie le gusta ver charcos de orina en las habitaciones, ¿no es así?

Afortunadamente, usar la caja de arena es casi un instinto natural para muchos felinos, aunque algunos pueden necesitar un pequeño empujón para entender cómo funciona.

Para ayudarte a resolver este problema, te damos una guía:

 

1. Elige el arenero ideal

Deja de lado la apariencia y prioriza la funcionalidad. De nada sirve tener una bonita caja si el felino no la puede utilizar correctamente. Para no cometer un error, prefiere un recipiente poco profundo que sea de fácil acceso para él.

El tamaño también importa. Si no piensas gastar dinero en ello de nuevo, opta por una caja grande. Entonces el gato puede usar el mismo arenero durante todas las etapas de la vida.

Es muy importante que la caja sea lo suficientemente grande para que el gato pueda dar vueltas y cavar en su interior.

Una vez que hayas encontrado el arenero ideal, elige un tipo de arena. Hay varios opciones para la higiene felina y para controlar el olor:

·     Gránulos de arcilla

·     Granos de arena

·     Gránulos de madera

·     Silicio

Independientemente de tu elección, la última palabra siempre será del gato. La mayoría se adapta bien a cualquiera de los materiales anteriores, pero a tu mascota le puede resultar extraña la textura o el aroma de la marca adquirida; en este caso, cambia a otra opción. A medida que se acostumbre a una alternativa, trata de conservarla.

2. Coloca la caja en un ambiente cómodo

Al decidir dónde colocar el 'baño', de preferencia hay que hacerlo en los lugares de fácil acceso, pero lejos de la cocina, su cama y comida, ya que, el fuerte olor de la orina y las heces puede hacer que el gato pierda el hambre y no coma lo suficiente.

También ten en cuenta las habitaciones más tranquilas y silenciosas de la casa, para asegúrate de que el gatito se sienta cómodo en “el baño”.

Por último, evita mover la caja de arena. El cambio rompe la rutina a la que el gato está acostumbrado, lo que hace que esté confundido y estresado.

3. Presentar la caja al gato.

Es hora de enseñarle al gato a usar la caja de arena: muéstrale el objeto y anímalo a cavar en su interior. Durante los primeros días, recuerda ponerlo en el mañana y después de las comidas, para que entienda que este es el lugar adecuado para hacer sus necesidades.

Si notas que el gatito está perdido o jugando con almohadas, sofás y otros objetos blandos, llévalo a la caja de arena inmediatamente, ya que es una indicación de que necesita orinar o defecar.

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4. Mantén la caja limpia

Elimina los residuos de la arena todos los días y cambia todo el contenido una vez por semana. Al realizar el cambio, lava el recipiente con agua y jabón neutro. Los gatos son sensibles a los olores, así que evita usar productos de limpieza.

5. Presta atención al comportamiento del felino

Si has seguido toda la guía anterior y tu gatito sigue orinando fuera de la caja de arena o dejó de usarla durante la noche, busca la causa del problema. Hay varios factores que influyen en este comportamiento:

 

·     Una caja pequeña

·     Mala adaptación al material utilizado

·     Poca cantidad de arena (a los gatos les gusta enterrar sus excrementos)

·     Aromas muy fuertes en el lugar

·     Bandejas sucias con residuos

·     Ruidos o movimientos frecuentes cerca

 

Si el percance persiste después de los cambios, haz una cita con el veterinario y verifica si el gato tiene algún problema que pueda dificultar el entrenamiento de uso de la caja de arena.

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